viernes, 31 de enero de 2014

El hombre y el leon

                                                                              EL HOMBRE Y EL LEÓN
En una ocasión viajaban juntos un hombre y un león. Iban discutiendo sobre quién de ellos era el más fuerte, cuando al pie del camino se encontraron una escultura que representaba a un hombre estrangulando a un león.
-¿Lo ves? –dijo el hombre-.
Ahí tienes la demostración de que los hombres somos más fuertes que vosotros los leones.
-No te fíes de las apariencias –respondió el león-. Si los leones supiéramos esculpir verías también esculturas de hombres vencidos entre las garras del l

Moraleja:  No debemos fiarnos de aquello de que otros presumen, pues muchas veces la experiencia demuestra lo contrario.

La gata y afrodita

                                                                LA GATA Y AFRODITA
  Cuenta la leyenda que una gata se enamoró en cierta ocasión de un hermoso joven. Entonces suplicó a Afrodita, la diosa del amor, que la convirtiera en mujer para así poderse casar con él. La diosa compadecida por tan sincero amor, la transformó en una bella muchacha y, entonces, el joven preparándose de ella la tomó por esposa. Sin embargo, Afrodita quiso probar si al cambiar el cuerpo de la gata había cambiado también su carácter y era ya una mujer completa en cuerpo y alma. Para eso, mientras los esposos descansaban, la diosa entró en la alcoba y soltó un pequeño ratón que llevaba en la mano. En ese momento, la gata, olvidando su condición de ser humano, dio un salto felino desde la cama y se lanzó a dar caza al ratón, para comérselo. La diosa se dio cuenta de que, por mucha apariencia de mujer que tuviera, la gata seguía siendo, en el fondo, un animal. Y, por eso, muy indignada, la volvió a convertir en su estado primitivo.

Moraleja: DE la misma forma los hombres de naturaleza malvada aunque cambien su estado no mudan su carácter.

                              El león y el ratón

                    
                                          El león y el ratón
Dormía tranquilamente un león, cuando un ratón empezó a juguetear encima de su cuerpo. Despertó el león y rápidamente atrapó al ratón; y a punto de ser devorado, le pidió éste que le perdonara, prometiéndose pagarle cumplidamente llegado el momento oportuno. El león echó a reír y lo dejó marchar.

Pocos días después unos cazadores apresaron al rey de la selva y le ataron con una cuerda a un frondoso árbol. Pasó por ahí el ratoncillo, quien al oír los lamentos del león, corrió al lugar y royó la cuerda, dejándolo libre.

-- Días atrás -- le dijo --, te burlaste de mí pensando que nada podría hacer por tí en agradecimiento. Ahora es bueno que sepas que los pequeños ratones somos agradecidos y cumplidos.

Moraleja:Lo que dice es que no despreciemos la promesa de los pequeños honestos.Porque cuando llegue el momento las cumplirán.